Tal vez el título de este artículo sea demasiado pretencioso. La palabra sexo tiene tantas acepciones como personas la pronuncian, pero ciertamente hay prácticas sexuales más riesgosas que otras. Al igual que con la comida y otros placeres de la vida, encontrar un equilibrio sustentable en el tiempo es la base de la sanidad tanto física como mental. Abusar de ellos de manera desordenada no solo nos pone en peligro, también nos impide aprender a gozarlos genuinamente.
Muchos hombres consideran a las escorts como un banco de pruebas donde dar rienda suelta a sus más profundas fantasías. Esas ideas que su esposa jamás aceptaría, esa mirada desconocida que no nos avergüenza. La realidad es que el mundo microscópico desconoce cuestiones de psicología humana. Lo que es riesgoso con nuestras parejas lo es (y mucho más) con amantes ocasionales. Ese descuido exprofeso, esa licencia que nos permitimos con una escort, resulta multiplicarse por doscientos y volvérsenos en contra como un boomerang. No cuidar a la acompañante es no cuidarnos a nosotros mismos.
Yendo a lo concreto, nunca está de más recordar que el uso del preservativo es el método más eficiente que conocemos al día de hoy. Sin entrar en debates sobre la comodidad, sensibilidad o practicidad, hay que seguir fomentando el uso de condones, especialmente en relaciones ocasionales con escorts. Todo intercambio de secreciones es de máximo riesgo.
Afortunadamente son pocos los hombres que pretenden penetrar sin protección a una trabajadora sexual. Pero, por el contrario, son muchos los que buscan mujeres que brindan servicios HEF, esto es, recibir el semen en su boca. Siendo la recomendación de este artículo NO hacer uso de esta práctica, podemos dar algunos consejos para reducir levemente los riesgos. En el caso de la mujer evitar lavarse los dientes 2 horas antes para no producir micro lastimaduras en la boca. Una vez recibido el semen, tomar agua para facilitar que llegue más rápido al estómago donde los jugos gástricos lo neutralizan.
Así como nadie disfruta de la primera copa de cognac que bebe en su vida, o no logra ponderar una Cantata de Bach o un cuadro de Mondrián sin un marco teórico previo, cultivar el gusto por prácticas sexuales saludables requiere de un cierto proceso. Existen muchas formas de disfrutar en plenitud de la sexualidad sin poner ni ponernos en riesgo extremo. Tantra, masajes sensuales, voyerismo, BDSM son sólo algunas de tantas alternativas al sexo convencional.
En definitiva, no correr riesgos depende en primera instancia de nosotros mismos. Tener un comportamiento sexual responsable no sólo beneficia a nuestra salud sino a nuestra integridad espiritual e intelectual. Cuidando tu salud podrías descubrir nuevos placeres que aún no habías explorado.
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